Cortometraje, (John Emerson, Christy Cabanne, 1916), sátira, lo cómico del uso de drogas, y cómo la droga influye también en la mente del ser humano, en palabras del biógrafo de Fairbanks; Jeffrey Vance, describe The Mystery of the Leaping Fish como «sin duda la película más extraña que hizo Fairbanks» y que todo el escenario es «una odisea alucinógena hacia lo absurdo…» (Vance, 2008, págs. 35–36)
Lo absurdo son las escenas compuestas por la misma rutina desparpajada en la interpretación de roles, pero no por absurdas son ilógicas e inesperadas, más bien son compuestas, por lo aceptable de las situaciones que envuelven al corto. Las constantes dosis de inyección de Coca-Cola Ennyday, (Fairbanks), todo un rol llevado al consumo, ahora cabe resaltar el contexto social y político de 1916; por qué se lanzó después de que el 17 de diciembre del 1914 se aprobara la ley Harrison, Se trataba de una ley federal que regulaba y aplicaba impuestos a la producción, importación y distribución de opiáceos y productos de coca.
Todo un marco social, hay punto de referencia acerca de la comunidad china, de hecho hay una anécdota, Al filmar en Chinatown, la producción fue atacada por miembros de la comunidad, porque no habían solicitado filmar en el vecindario, (Amor, Bessie, 1977. Desde Hollywood con amor: una autobiografía de Bessie Love. Londres: Elm Tree Books. págs. 59-60.), tal vez hay cierta imagen de ridiculización, un poco exagerada de dicha comunidad en la cinta por su relación al consumo de opio, y cómo también la sociedad blanca Americana veía estos grupos étnicos y emigrantes.
Dicho lo anterior, se entiende, qué dicha película es una crítica a la banalización de la sociedad, y a las miradas emergentes. En todo caso cómo dice la primera cita, es una película extraña y una odisea… Pero la extrañeza, cuando tiene la dosis perfecta puede funcionar para hacer un viaje inolvidable por la democratización de la imagen cinematográfica.
¡SIEMPRE CINE!
CINEMATOGRAFIANDO 
Deja un comentario